Nacerán, los cuidaras, les darás la comida en la boca, los asearás; tu vida ya no volverá a ser igual que antes. Es un largo camino que vas a recorrer por el resto de la vida. Habrán días felices y días tristes, días donde te abunde lo que puedes darles y días donde a lo mejor no tengas nada que darles.
De alguna manera se convertirán en una razón para que puedas seguir adelante, serán tu razón para seguir luchando. Te harán sacar lo mejor de ti.
Los hijos llegarán a lo mejor cuando menos lo pienses o posiblemente cuando lo pienses, de cualquier forma llegarán y tendrás que estar ahí presente.
No sabrás cómo actuar al principio, no vendrán con un manual de instrucciones para cuidarlos o criarlos y te tocará improvisar en el camino; tendrás que hacer tu mejor esfuerzo, poner todo tu empeño en velar porque nada les falte y que siempre estén bien, a pesar de que la gente a veces te critique porque no estás haciendo las cosas de la manera que ellos esperan.
Vas a sentir que tu tiempo es ahora más limitado y vas a tener que sacrificar otras actividades que antes hacías para poder dedicarles tiempo, vas a tener que volver a tu infancia y jugar nuevamente como lo hacías de niño.
Tendrás que explicarles lo bueno y lo malo, tendrás que decirles y repetirles las cosas una y otra vez, hasta que aprendan a hacerlas por si mismos y a puedan caminar solos en la vida. Así como lo hicieron tus padres alguna vez contigo, cuando eras pequeño.
Porque algún día cuando seas viejo y no tengas fuerzas, a lo mejor tus hijos estarán ahí, cuidándote, dándote la comida en la boca, aseándote, devolviendo todo ese amor que les diste cuando ellos eran pequeños…
¡Feliz día del padre a todos mis colegas, amigos y lectores del blog!