Por lo general los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos a cualquier cambio que suceda en nuestras vidas y tomar la nueva situación como algo normal, sin embargo no siempre es fácil y pensamos que antes estábamos mejor que ahora, es aquí donde un cambio de pensamiento nos puede ayudar a entender que realmente los cambios son oportunidades.
La vida y sus situaciones no son nunca estáticas por lo que a menudo las cosas en nuestro interior y exterior están cambiando, lo queramos o no. Cuando algo cambia sentimos que nos encontramos en una situación que no habíamos vivido antes y ese temor a lo desconocido es lo que no nos permite estar tranquilos.
Cada cosa buena o mala que te suceda de manera directa posiblemente sea algo que te cambie la vida o algo que influya en ti, por lo tanto es necesario comprender que eso puede ser una oportunidad en algún sentido.
Algunas cosas como por ejemplo un cambio de trabajo pueden ser una oportunidad para estar haciendo algo que disfrutas más o algo que te da más satisfacción; cambiar de carrera mientras estudias también es una oportunidad de rectificar el camino y luchar por lo que de verdad quieres lograr; cambiar de lugar donde vives es una oportunidad para conocer nuevas personas, etc. Esas situaciones en su mayoría dependen de nosotros y nuestras decisiones, pero ¿y si sucede lo contrario?
Los cambios que no controlas
Es realmente aquí lo difícil. Por lo general nos acostumbramos a ciertas situaciones, pero una vez que las cosas cambian queremos seguir ahí sin darnos cuenta que las cosas ya no son así o que no encajan.
Cuando las cosas no nos salen o no son como esperábamos nos sentimos mal porque pensamos que no hemos dado lo mejor de nosotros y que no podemos lograrlo, pero en realidad lo que debemos hacer es evaluar si la responsabilidad está en nosotros o en otras personas, porque lo que depende de nosotros podemos controlarlo, lo que depende de otros no.
Esos cambios que no controlamos son los que muchas veces nos quitan las horas de sueño, pensando en que debemos quedarnos atados a algo o que debemos esperar a que las cosas cambien por si solas, cuando en realidad lo primero que debemos hacer es adaptarnos al cambio para luego mirarlo como una oportunidad.
¿Cómo reaccionar a los cambios?
Cuando algo inesperado te suceda no reacciones de manera negativa, sino que debes detenerte por un momento y pensar en la situación para ver las cosas positivas que puedes sacar de ello.
Si reaccionas de manera negativa a los cambios te quedarás en un estado en el que en lugar de avanzar te quedas estancado, luchando contra situaciones que no tienen sentido ahora.
Cada cambio que te suceda es una oportunidad para reinventarte o renovarte, cada situación nueva a la que te enfrentes es una oportunidad para crecer y una lección nueva que puedes aprender.
No tomes a mal las cosas que te sucedan, busca una manera de hacer algo productivo con ellas. Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada…