Hace varios años mientras estaba en proceso de capacitación o entrenamiento para desempeñar un nuevo trabajo relacionado a la venta de computadoras aprendí una pequeña lección que hasta estos días no he olvidado. El entrenamiento consistía básicamente en conocer los productos que vendía la empresa y las características de los mismos para poder proporcionarle a los clientes la información que necesitaran, así como mantener los productos en buen estado y con buena presentación.
Moises era el encargado de la línea de cómputo en esa tienda que estaba ubicada en un centro comercial grande. Era la persona que me daba indicaciones de lo que tenía que hacer o quien me supervisaba.
Un día lluvioso por la mañana la tienda estaba vacía, sin clientes, simplemente me paré tras el mostrador a ver hacia afuera, pero en ese momento llegó Moises y me preguntó si ya había terminado con las tareas asignadas que tenía, como limpiar el equipo. Le contesté que si, que ya no había nada que hacer en aquel momento.
Entonces me dijo: «Te voy a dar un consejo, nunca digás que no hay nada que hacer, porque siempre hay algo que hacer, aunque ya hayas terminado con lo que te corresponde hacer. Siempre hay algo que hacer, buscá algo que hacer… limpiar, atender, arreglar, crear, mejorar, ayudar…».
Esas palabras me ayudaron a que durante el tiempo que estuve en esa empresa siempre encontrara alguna actividad que estar haciendo.
Y siempre hay algo que hacer…
Sucede muchas veces en nuestra vida que simplemente creemos que todo está hecho y nos sentamos a esperar a que el tiempo pase sin aprovecharlo, nos sentamos a esperar a ver si las cosas mejoran por si solas, pero debemos recordar que si nosotros no hacemos nada entonces las cosas difícilmente cambiarán solas.
Si tienes un sueño o una meta que cumplir, la única manera de que eso se haga realidad es actuando y haciendo lo que sea necesario para lograrlo. Siempre puedes encontrar algo que estar haciendo para llegar hasta tu meta, en lugar de sentarte o en lugar de dormir. El tiempo es un recurso valioso que muchas veces poco aprovechamos y después no lo podemos aprovechar.
Si estás en tu hogar o en tu trabajo siempre habrá algo que hacer y si no es algo que esté escrito entonces invéntalo, a lo mejor empieces con cosas sencillas como hacer tu cama o arreglar tu ropa, aunque no lo creas eso se convierte en un hábito y cuando lo tomas no podrás estar sin nada que hacer, recuerda que el éxito les llega a las personas que siempre están en movimiento, a las personas que siempre lo buscan.