Desde hace mucho tiempo no suelo escuchar la radio, quizás porque el vicio del internet me ha atrapado desde hace algunos años, de hecho ni siquiera escucho música porque el tiempo lo pierdo en otras cosas que pueden resultar más productivas. Pero por curiosidad y escuchando la radio me doy cuenta que la música que hoy se programa ya no es igual como la de hace un tiempo atrás, cuando era joven todavía.
La música de ahora tiene muchas palabras poco comunes, tal vez un poco más directas y más apropiadas para un lenguaje adulto que no debería ser tan público.
«Vamos hacerlo», «hagámoslo», «me muero por hacértelo», y otras expresiones parecidas son un ejemplo de lo que se repite una y otra vez, porque de hecho la música actual en su mayoría carece de significado cuando te sientas a pensar y ver la letra completa de una canción. Debe ser porque los verdaderos artistas y compositores de verdad son pocos y están opacados porque ahora cualquiera puede ser cantante en estos tiempos donde para ser famoso basta con subir videos a Youtube.
Adónde se fué la buena música, esa que «decía algo» y que tenía un significado concreto, esa música que enamoraba y que hacía suspirar, esas canciones que podías dedicarle a esa persona especial para agradarle y que te recordara cada vez que las escuchaba. Esa música que también podías escuchar junto a tus hijos sin sonrojarte de la pena por las palabras o frases pasadas de tono.
Quizás la buena música ya no existe porque no es rentable para quienes cantan, hacer las cosas como antes no vende y esas melodías se quedaron resagadas para un grupo de personas que nacimos en el siglo anterior.
La juventud de esta época ha dado un paso hacia adelante en el libertinaje y esto tiene consecuencias en la vida. Algún día terminan entendiendo que el amor es algo más que acostarse con alguien, así como lo pintan las canciones actuales.